lunes, 22 de marzo de 2010

El teatro que lo vio crecer


Con más de 30 años de historia, el local de 43 y 8 supo subsistir al paso del tiempo, manteniendo siempre vivo su carácter de plataforma de lanzamiento de los nuevos grandes artistas del rock.

Por Ana Clara Bórmida y Carolina Sánchez Iturbe
Fotografía gentileza Luis Zerillo

“Cuando El Teatro se habilitó para el rock fue una esperanza para los músicos”, asegura Pepe Fenton mientras repasa la historia de uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. Construido a principios de los ’80, El Teatro mutó a la par de las circunstancias: fue sede del Teatro Argentino después de que se incendiara en octubre del ’77; prestó su escenario a bandas que cambiaron el curso de la historia, como Patricio Rey, Sumo y Virus; se transformó en centro cultural nocturno de la mano de la música electrónica y La Boutique; y, actualmente, importó ideas de Capital Federal y tomó la forma de café concert.
Cuando el rock llegó al Teatro, luego de que la ópera y las danzas clásicas se hubieran apropiado del escenario, “que se habilitara ese lugar para recitales fue un escándalo para la puta oligarquía platense, y sin embargo la gente de El Teatro tuvo esa visión”, recuerda Fenton. Los Redonditos de Ricota tocaron por única vez en el local de 8 y 43 en 1984, después de un largo período en el Teatro Lozano; a partir de entonces, llegó la masividad. Como si hubiese sido la plataforma de lanzamiento de las bandas, Sumo también encontró la popularidad después de presentarse ahí en el ‘85.
Fenton cuenta que en aquellos tiempos la escena rocker era completamente diferente: “juntar a 150 personas era mucho y los recitales no eran tan participativos. Como recién se había instalado la democracia, la gente todavía no estaba acostumbrada al agite, iba a que la banda le diera algo”.
Quince años después, y haciéndose eco del carácter precursor que tuvo en los ’80 el lugar, Luis Zerillo abrió las puertas de La Boutique, un espacio en el que por primera vez la música electrónica era protagonista en la ciudad. “Ahí se juntaban todas las tribus que no tenían cabida en ningún otro lugar: hardcores, skaters, rockers, gente de la cumbia, artistas, músicos, travestis”, puntualiza el DJ.
La música electrónica no era la única novedad de La Boutique. Durante las madrugadas también podían verse exposiciones de cuadros, performances de actores y artistas circenses y la inauguración del concepto de VJ, “el DJ tocaba desde el escenario, cosa que no se había visto nunca en la Argentina, y además había una pantalla en la que se proyectaban pinturas”, explica Zerillo.
Al igual que en el pasado, en el 2000 el Teatro fue la cuna de artistas que luego fueron masivos. Durante las noches de La Boutique, era habitual ver ahí a Hernán Cattaneo, Carlos Alfonsín y Luis Nieva musicalizando.
Poco menos después de un año de su inauguración, la Municipalidad clausuró a La Boutique; sin embargo, no logró echar por tierra el legado que dejaría el lugar en la escena electrónica de la ciudad. “Aunque ya pasaron 10 años, todavía hoy se sigue hablando de La Boutique. Hay incluso profesores de Bellas Artes que les cuentan a sus alumnos lo que pasó en aquel momento”, dice Zerillo con orgullo.
Dispuesto a convertirse en un espacio mítico, después de La Boutique El Teatro albergó a las bandas de rock que no tenían escenario. Así, por ahí pasaron artistas como La Vela Puerca, Babasónicos y Árbol antes de la masividad de los estadios. También fue el lugar que Pappo eligió para dar su último recital en la ciudad y donde Skay presentó su proyecto solista.
Aunque la tragedia de Cromañón haya obligado a cerrar las puertas de El Teatro durante dos años, en 2007 reinauguró con un formato de café concert completamente novedoso para la ciudad. Como si no pudiese olvidar sus orígenes, el local sigue siendo escenario de los músicos más prometedores de La Plata. De ese modo, los dos sellos discográficos independientes más importantes de la escena rock platense (LAPTRA y Cala) realizaron recitales en el lugar, presentando a bandas como NormA, Mostruo! y Él mató a un policía motorizado.
Ni el paso de los años, ni la fuerza de las circunstancias lograron que El Teatro perdiera la tradición que mantiene desde los ’80. Aún hoy, para quienes alguna vez pasaron por ahí, sigue siendo uno de los templos del rock.

De Garage - Marzo de 2010
(siempre es mejor la versión en papel)

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